Destacamos como Pieza del mes de junio el Catecismo de agrimensura apropiado al uso de los granadinos, a manera de conmemoración de un oficio milenario que se ha interesado en medir, representar e interpretar la Tierra a la escala de terreno: la Topografía. Esta profesión preocupó  tanto a reyes como a políticos, militares, geómetras, astrónomos, ingenieros y arquitectos, y hoy es ejercida por topógrafos, también conocidos como agrimensores, quienes celebrarán su día el próximo 24 de junio, desde cuando se proclamó esta fecha como su día nacional, en 1984.

El Catecismo de agrimensura apropiado al uso de los granadinos es una adaptación del cuadernillo A Catechism of Land Surveying, del editor inglés William Pinnock (1782-1834). El texto fue traducido, ajustado y ampliado por el educador, intelectual y político de ideología liberal Lorenzo María Lleras (1811-1869), y publicado en 1834 por la Imprenta de la Universidad —G. Morales—.

Esta publicación buscó dirigirse a un público amplio, en especial a los labradores, comerciantes y políticos de la Nueva Granada, quienes se encontraban midiendo, parcelando, privatizando y/o adjudicando resguardos indígenas, tierras baldías y otros espacios de la reciente República.

La estructura del Catecismo de Lleras sigue una narrativa arraigada de la tradición religiosa, en la que se interesó por memorizar preceptos y enseñar comportamientos. Presenta su contenido por medio de una serie de preguntas y respuestas no debatibles, que facilitaban la memorización de los contenidos en un momento en el cual el uso de los catecismos empezaba a tener un papel central en el adoctrinamiento político.

La agrimensura y otros conocimientos técnicos empezaron a ser considerados por la élite granadina como estudios indispensables para el desarrollo de la agricultura, las obras civiles, la industria y el comercio. Es decir, como herramientas necesarias para el desarrollo y la consolidación del Estado. En este sentido, la intención de Lorenzo María Lleras en este texto apuntaría a satisfacer el deseo de medir y a concebir e instruir la nacionalidad a través del conocimiento técnico, como parte de un proyecto de dominación y control del territorio. Lo anterior, dado que las trasformaciones políticas y económicas de la Independencia también exigieron el establecimiento de un nuevo sistema de medición para el Estado.

Lleras presenta el sistema de medición nacional, tanto para la medida de longitud como para la medida de superficie —agrarias—, que tuvo como unidad base el pie granadino en longitud y la vara granadina al cuadrado en superficie. Al tiempo que resaltó la importancia de enseñar la homologación con otros sistemas de medición, especialmente el francés —el que utilizamos actualmente— y, en menor medida, el inglés y el español. 

Este documento también narra las metodologías que se utilizaban para levantar el territorio, a la vez que describe la función y el uso de los instrumentos que se debían utilizar. Entre estos se encuentran: la cadena, la cinta de lino o cáñamo barnizado, los piquetes, los jalones, el bastón de escuadra, el teodolito y otros de escritorio, que hoy en día se utilizan en clases de matemáticas. 

Leer y releer La Pieza del mes con la mirada del presente nos enseña que la agrimensura ha funcionado para describir lo 'real', así como un modelo de las poderosas intenciones de cartografiar con "exactitud" y "certeza" los más recónditos puntos del territorio. Asimismo, nos permite conocer que no siempre hemos usado el mismo sistema de medición: desde las dimensiones de una tela hasta los metros cuadrados de una casa, desde la longitud de una puntilla hasta la cantidad de kilómetros entre ciudades.

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Anthony Joseph Picón Rodriguez Licenciado en Ciencias Sociales - Grupo de Colecciones y Servicios, Biblioteca Nacional de Colombia